
¡Pinta, corta y haz que Pinocho camine!
- On 29 mayo, 2016
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Pinocho Walks es un pequeño taller de animación casero. La idea es crear un flipbook del entrañable Pinocho que cuida la entrada de Bateau Lune. Es un trabajo en equipo y está dirigido a: Niñ@s a partir de 4 años acompañ[email protected] de sus padres. Para los que no pudieron venir, aquí os dejo la plantilla descargable y las instrucciones: Imprime la plantilla en A3 y en blanco y negro, pintala como desees, recorta las líneas punteadas, junta lo recuadros que representan los fotogramas y anima el flipbook con la velocidad de tus dedos.
Plantilla: Haz click en la imagen de abajo, se abrirá en la vista previa de tu ordenador, dale a guardar desde ahí. Así lo tendrás en buena calidad. Si tienes problemas mándame un mail ([email protected]) y te lo mando en jpeg.
Día internacional del juego 2016: Está actividad se realizó dentro de la celebración del Día del Juego 2016, organizada por Bateau Lune en Barcelona. Pinocho Walks es un homenaje al caminar, la infancia, el juego y la imaginación. Representa lo poco que se necesita para pasarla bien. También es un homenaje a mis queridos [email protected] de Bateau Lune y su mundo de fantasía llevada a la realidad. Ellos literalmente han regenerado con sus buenas vibraciones y muy buena imaginación la Plaza de La Virreina de Gràcia. Recuperando este espacio para las familias. Quiero agradecer a la ilustradora Tuki por ayudarme a que Pinocho tenga el espíritu de las antiguas animaciones, de cuando el tiempo era más lento y pausado. También a Cris que siempre me apoya en animar los talleres desde la época de Piñata Punyeta. En esta gran celebración también participó Qué fas Carlota y Alehop!Exploradores Urbanos.
Aprendamos a caminar como los niños: “Los niños pequeños caminan sintiendo el cuerpo, el gozo del juego y la contemplación del entorno. Caminando no se hace nada más que caminar. Pero no tener nada que hacer más que caminar permite recuperar el puro sentimiento de ser, redescubrir la simple alegría de existir, lo que constituye la esencia de la infancia. Así, la marcha, al liberarnos de la carga mental, al arrancarnos la obsesión del hacer y llegar a la meta, nos permite recobrar esa eternidad infantil. Quiero decir que caminar es un juego de niños. Maravillarse del día que hace, del brillo del sol, de los árboles y del azul del cielo. Para ello no necesito ninguna experiencia, ninguna competencia. El niño eterno es el que no ha visto nunca nada tan hermoso como lo que tiene en frente, porque no compara. Andar nunca requiere más que el cuerpo, por eso nos permite dejar atrás nuestras complejas identidades, nuestros rostros y máscaras. Ni el saber, ni las lecturas, ni las relaciones tienen utilidad alguna: bastan dos piernas, y unos ojos muy abiertos para ver. Cuando se anda, el mundo ya no tiene presente ni futuro, sólo ahora. Y aquel que caminando se maravilla sinceramente de lo que va encontrando en su camino siempre tendrá en él al niño eterno”. Frédéric Gros (Andar, una Filosofía)