La memoria de la ciudad se envuelve en un cucurucho de papel con castañas asadas
- On 10 noviembre, 2013
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Si deseas que tus hijos o amigos extranjeros conozcan una de las tradiciones vivas de la ciudad, no necesitas llevarlos a ningún museo. Invítalos a un cucurucho lleno de castañas asadas. Este oficio se ha mantenido casi inalterable desde el siglo XIX. Un fogón y un saco de castañas nos dan una lección magistral de historia y marcan, mejor que ningún calendario, la llegada del otoño. En varios casos es una actividad que pasa de generación en generación en una misma familia. Según mis investigaciones, por estas fechas llegan a haber una treintena de puestos repartidos por toda la ciudad de Barcelona y conviven sin ningún problema con la modernidad. Por más que he buscado, no encontré ninguna ruta o mapa de los puestos. Sería una genial idea que el Ayuntamiento de Barcelona tuviese mapas con las rutas y luego las castañeras usarían los mapas para hacer sus cucuruchos. ¡Eso sí que sería un buen reciclaje!
Os dejo la ubicación del puesto de Plaza de Sants, es fácil reconocerlo por el humo que despide, el calor que abriga, el aroma que impregna el ambiente y la cantidad de niños que flipan al presenciar en vivo y en directo una parte de la historia viva de su propia ciudad.
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