
El Menhir del Parque de Joan Miró
- On 6 enero, 2016
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Aparece ante mí una foto del Parque del Matadero. Lugar donde se sacrificaban, cada día, cientos de animales para alimentar la ciudad de Barcelona. Me encuentro en el subsuelo del Ayuntamiento de Sants, en las entrañas del archivo histórico, documentándome para una exploración fotográfica y esta imagen me hace reflexionar sobre los impulsos tribales que nos mueven como seres humanos.
Poco hemos cambiado a través de la historia, seguimos manteniendo latente nuestro imaginario colectivo primario y nuestras conexiones con la naturaleza persisten, a pesar del asfalto y la ciudad. A veces es el arte quien nos recuerda quienes somos y nos re-conecta con nuestra esencia y nuestro pasado tribal.
Hoy en día y sobre lo que fue el matadero se encuentra el Parque de Joan Miró con su escultura “Mujer y Pájaro”. No entraré a detallar los motivos “oficiales” de su construcción, prefiero adentrarme en una explicación más “surrealista” que me vino de manera intuitiva mientras estaba en el archivo histórico del Ayuntamiento de Sants: La escultura de 22 metros de altura es un menhir urbano. En el neolítico los menhires esculpidos habrían servido como escultura funeraria para rendir culto a los antepasados, pero también se cree que podría ser una forma de reclamar un territorio y reforzar la identidad grupal.
Decido hacer una pequeña exploración y pongo rumbo hacia las coordenadas del Parque (41°22′40″N 2°08′54″E). A pocas calles del lugar y mientras empiezo a vislumbrar la escultura en el horizonte de la avenida Tarragona me pregunto si esta interpretación personal tiene algo de asidero en la realidad. Penetro en el territorio con cautela y me detengo a observar lo que ocurre alrededor a través de las palmeras. Siento que mi brújula interior está bien orientada. Realmente este lugar refuerza la identidad grupal, donde las personas y animales pueden encontrarse y dejarse llevar sin apuro. El antiguo matadero reconvertido en lugar de culto urbano a la vitalidad. Un oasis en medio de la ciudad.
¿Sospechaba Miró que realizando esta obra transmutaba la muerte en vida?¿Sabía Miró que los menhires podrían haber sido también puntos para estabilizar la energía de la tierra y que diferentes pueblos asociaron su forma fálica con la fertilidad y la vida?
Es asombroso como la naturaleza, la intuición y el simbolismo confluyen a través de la obra de este artista. Miró murió en 1983 el mismo año en que se inauguró el Parque. Otra vez la vida y la muerte hermanadas. Surrealista.