
Caminando fuera del mapa
- On 2 noviembre, 2016
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Ya no quedan espacios en blanco en los mapas. Sin embargo el ser humano sigue fascinado por explorar lugares desconocidos. Pisar Marte ya empieza estar a la vista. Hombres y mujeres siguen peregrinando donde no hay más Sur que el Polo sur. En el documental “Encuentros en el fin del Mundo” el director Werner Herzog viaja a la comunidad científica Antártica de la estación Mc Murdo, hogar de cientos de personas que durante el verano austral (Octubre-Febrero) han elegido formar parte de una sociedad tan lejana como uno nunca hubiera podido imaginar. Se suceden reflexiones profundas y surrealistas, una de ellas me atrapa: “La realidad tiene muchas formas de manifestarse. Soñar es una de ellas”. “Los Soñadores Profesionales” como Joan de Déu Prats, son exploradores que través de la imaginación reflexiva logran saltarse los márgenes de lo conocido. Cuestionan los límites y las fronteras impuestas. Encontrando nuevos territorios donde nuestras emociones confluyen.
Joan de Déu Prats es escritor. Pero no uno cualquiera. A través de sus libros nos hace explorar las leyendas y los misterios que esconden las ciudades. Salimos a caminar por el Barrio Gótico de Barcelona. Me cuenta que el Barrio Gótico es una parte inventada de la ciudad ya que sus muros fueron llevados piedra a piedra de su emplazamiento original. “Las ciudades van transformándose constantemente, siempre hay algo nuevo que explorar”. Me pregunto en cuánto tiempo un mapa urbano se queda obsoleto. Hasta el street view de Google tiene que irse renovando con nuevas imágenes.
Un mapa en la cabeza :“El explorador ve cosas donde otros no ven nada” Estoy de acuerdo con Joan de Déu. Todo depende de nuestra mirada, de nuestra curiosidad e inquietud. Una calle es una calle. Pero también es un portal para viajar en el tiempo para los amantes de la historia, un campo de juego para los niños, un lugar de trabajo para los músicos, una tribuna para los activistas, un lienzo para los grafiteros, una oportunidad para los carteristas. Es el mapa que tenemos en la cabeza el que nos guía. Caminamos nuestra realidad subjetiva. Atravesamos las calles de nuestra ciudad imaginada. De eso se trata la exploración. Uno de los supervivientes de la expedición antártica Terra Nova(1911-1912), Apsley Cherry Garrard dijo: “La exploración es la expresión física de las pasión intelectual”.
La contemplación del unicornio: Estamos frente a la Catedral. Nos quedamos largo rato contemplando su arquitectura, las escaleras plagadas de turistas, cientos de móviles tomando fotos, esta es una nueva clase de peregrinación tecnológica alejada de la exploración orgánica del entorno, todo nuestro cuerpo contemplando las señales, los estímulos, las sensaciones. “Contemplar viene de la palabra templo. El lugar donde los sacerdotes interpretaban el vuelo de los pájaros para hacer sus predicciones. Contemplar es observar con atención”. Tener como guía a Joan de Déu le da un sentido nuevo a nuestro paseo. Dejamos los caminos conocidos del casco antiguo de Barcelona y salimos del mapa. Se vuelve algo mítico, me lleva a ver unicornios a la calle Paraíso, luego me lleva al punto más alto de la colina en la ciudad vieja, un lugar sagrado tantos para los íberos, los romanos y los cristianos, cerca se encuentran unas impresionantes columnas romanas donde hasta hace poco los vecinos colgaban la ropa. En alguna esquina me parece ver a Hércules, el fundador mítico de Barcelona. Cada uno de nuestros pasos es un viaje en el tiempo. Gracias a Joan de Déu compruebo una vez más que toda gran exploración empieza por la imaginación.