
Biodiversidad urbana en peligro de extinción
- On 17 abril, 2016
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Por lo general camino con los pies sobre la tierra. Ya sea para trasladarme de un lugar a otro o por el puro placer de vagar por la ciudad. Pero son pocas las oportunidades de cambiar de perspectiva, de observar mi entorno desde otro ángulo y altitud. Salir de la ruta habitual caminando hacia arriba. Busco un lugar elevado dentro de la ciudad para observar el comportamiento de los caminantes y su deambular. Para esta Exploración Urbana conté con el apoyo de Upstairs BCN quienes me abrieron la puerta de uno de los terrados donde desarrollan actividades culturales como presentaciones musicales, sesiones nocturnas de observación astronómica o diurnas de observación del sol. En mi caso particular fue una sesión de observación social desde las alturas. Subo caminando a lo alto de un edificio ubicado en la Plaza Real de Barcelona. Me interesaba este punto de observación por su alta densidad de paseantes y su cercanía a Las Ramblas.
Preservemos nuestra biodiversidad urbana: A esta hora de la tarde el deambular de las personas es intenso. En muchos casos no hay un rumbo fijo de los transeúntes. Hay espontaneidad en el caminar y la confluencia a la Plaza Real es abundante. El acto de pasear aquí se da de forma natural y fluida. No entiendo mucho de políticas urbanísticas, pero puedo decir que gracias a ciertas maneras de construir las calles y los espacios públicos se permite el encuentro de los habitantes de una ciudad y Barcelona aún conserva reductos de urbanismo auténtico, entendido como lugares de encuentro y de cohesión social.
Ciudades de proximidad física en peligro de extinción: Cito una reflexión de Michael Sorkin en su libro –La nueva cuidad americana y el fin del espacio público- ya que refleja fielmente lo que tenemos en Barcelona y lo que podemos llegar a perder: “Cuidemos los espacios primordiales de la democracia y el ocio. Los espacios más familiares de las ciudades tradicionales, es decir las calles y las plazas, los patios y los parques, son los grandes escenarios del civismo, de lo visible y lo accesible: son los agentes de nuestra cohesión. No dejemos que desaparezcan las ciudades basadas en la proximidad física y en la libertad de movimientos, si realmente pensamos que la ciudad es la mejor expresión de nuestro deseo de una vida colectiva”.
Que no pase en Barcelona lo que narró William H. Whyte en su documental sobre la vida urbana en varias ciudades de Estados Unidos: Lugares donde prima el coche sobre todo lo demás, desaparecen los encuentros casuales, el humano se recluye en los centros comerciales, en las avenidas nos hay tiendas ni ventanas, y la aceras si las hay están vacías. La mayor paradoja la encontró en Disneylandia, donde la gente pagaba mucho dinero para visitar la recreación de una calle de toda la vida.